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martes, 28 de abril de 2015

TRUCOS PARA LA LUBINA



 

Como todos sabemos, la reina por excelencia de la espuma es el robalo o  lubina, que, junto a su prima la baila, nos hacen pegarnos esos auténticos maratones de pesca que tanto molestan a nuestras mujeres.

Después de muchas salidas de pesca, te das cuenta que el robalo tiene un comportamiento muy especial, cambia de actitud según las horas del día, según la meteorología, según la época del año y según los lugares donde las pretendamos, astuta y desconfiada, nos hará siempre disfrutar de ellas y del ambiente donde se mueven.

A lo largo de los innumerables batacazos y varias alegrías, os contaré algunos puntos importantes a tener en cuenta para que os sea algo menos difícil sus capturas.

.-Primero empezaremos por nosotros, nuestra comodidad es primordial y nuestra seguridad debe de ser excelente. Ya que nos movemos en épocas de bastante frío deberemos calzar algo de ropa térmica (ya que aísla la humedad y nos mantiene el cuerpo a una temperatura agradable) tanto en la parte superior como en la inferior de nuestro cuerpo. Unas botas de agua será indispensable cuando frecuentemos playas y zonas mixtas de arena y roca donde, en caso de ser necesario acercarnos al agua, no veamos cómo se nos encharca los pies y tengamos una jornada de pesca bastante desapacible. Para terminar, ropa de abrigo y ropa de agua de cuerpo entero por si las condiciones meteorológicas nos obliga a ponerla ya que en ésta época no es raro ver cómo se nos mete la borrasca encima y nos pone hasta arriba de agua.

.- En zonas de mucha piedra, las lubinas suelen cazar en las puntas y en los canales, donde hay mayor corriente, allí donde piensas que si lanzas, perderás el aparejo, merece la pena intentar arriesgar para, tal vez, lograr la picada deseada.

.- Nos empeñamos muchas veces, en querer lanzar lo más lejos posible, no dándonos cuenta de que las lubinas están bajo nuestros pies, o cerca, muy cerca, sobre todo en playas donde las olas rompen, allí se mueven ellas, donde haya espuma.

.- Ojo, la vista juega un papel fundamental a la hora de ver lubinas, quizás podamos divisarlas en días de oleaje entre las crestas de las olas o en el rebalaje, entre la espuma, a la espera de que se le cruce en su camino algún cebo, o bien, persiguiéndolo para darle caza. También podremos divisarlas en las puntas de los espigones entre los cruces de agua de salida de rías y el corte del agua de la mar, a escasos de metros de la punta, estará nuestra amiga esperando sus presas mayormente durante la vaciante. Y qué decir de los puertos y dársenas, donde se situarán entre barcos buscando los desechos que se arrojan por la borda.

.- El tiempo meteorológico, cuando se aproxima una tormenta, un par de días antes, no suele ser mal momento para salir en busca de robalos, durante la tormenta, los peces suelen bajar su intensidad de búsqueda de alimentos, y aunque es posible engatusar a alguna loba, es preferible quedarse en casa, lo mejor, viene cuando la tormenta pasa, ahí si, el robalo busca alimento que la tormenta ha levantado de las piedras y arena, y se muestran muy activos.

.- Con las aguas claras, usaremos aparejos lo más fino posible, ya que con este tipo de agua la lubina desconfía al tener un rango de visibilidad muy amplio. Los robalos cuando se sienten mejor cazando es en la espuma, pierden la desconfianza.

.- En las desembocaduras, la vaciante suele ser aliada nuestra, la buscaremos desde la plemar hasta la bajamar, luego ya tendremos menos posibilidades de dar con ella.

.- Los bancos de pececillos suelen ser las despensas perfectas para las grandes lubinas, no dudes en pescarlos, suelen estar entre ellas.