Vistas de página en total

miércoles, 6 de mayo de 2015


LOCALIZANDO LUBINAS (2)

                                                     

Meses del Año



    En esta segunda parte de "localizando lubinas", cabe hacer mención que es tan sólo un resumen y es bastante complicado resumir un año natural ya que no todos los años vienen iguales y, por lo tanto, nuestra amiga la loba se comportará de forma diferente en función de los diversos factores que la influyen.



ENERO:



    El mes de enero suele ser el mes más frío en las costas y es ahora cuando empieza la reproducción de los robalos. Éste es un mes muy bueno porque se empiezan a concentrar en cardúmenes más o menos numerosos para elegir pareja, comen hasta la saciedad para poder afrontar el cortejo. Se pueden pescar durante todo el día, siendo sus mejores horas las centrales del día, con todo el sol encima, las noches son también muy buenas y claro que el amanecer y el anochecer. Todas las zonas serán buenas, playas, escolleras, etc.



FEBRERO:



    En este mes los robalos ya han elegido pareja y van escoltados por tres o cuatro de menos tamaño. Están en plena freza por lo que es muy importante dejarlas en paz si queremos que esta especie siga dándonos alegrías. En este mes es difícil que coman por estar inmersas en la reproducción, se encuentran casi siempre en escolleras de poca profundidad, en zonas de rocas y cerca de la orilla en los arenales. Se las puede localizar por sus plateados lomos, bailan entre ellas cortejándose mutuamente. Su pesca se torna fácil, pues aunque no coman, son vulnerables porque no les gusta ser molestadas, atacarán todo lo que las moleste, todo lo que pase a su alcance será mordido.



MARZO:



    Ya han hecho la puesta y las mamás robalos están gordas, gordas de huevos que a finales los depositarán para que el macho haga su función. Las hembras son las más vulnerables, vuelven a comer como es debido y es el mes en que más lubinas se capturan. Recorren las playas a sus anchas y las costas en general son suyas, sin duda es el mejor mes para pescarlas pero cuidado, las hembras no han soltado aún sus alevines.

SER RESPETUOSOS EN ESTOS MESES CON ESTA Y DEMAS ESPECIES NOS HARA SER MEJORES PERSONAS, DE NADA SIRVE LLEVARNOS UNA HEMBRA PREÑADA SI NO HA DEJADO ANTES UNA IMPORTANTE CANTIDAD DE ROBALITOS QUE QUIZA, DENTRO DE UNOS AÑOS NOS LO HAGAN PASAR BIEN.



ABRIL:



    Seguimos en un gran mes, los robalos empiezan a separarse y se verán en solitario. Las hembras se han retirado a aguas más profundas, y poco a poco volverán ya más delgadas a coger otra vez fuerzas.





MAYO:



    Merma bastante el número de picadas y de tamaño, las horas nocturnas serán las mejores. Ya empieza el calor y lo más sensato es buscarlas sobre todo en playas abiertas, allá donde rompe la segunda o tercera ola.



JUNIO y JULIO:



    Meses malos pero no en calidad, si en cantidad. Las noches nos podrán deparar grandes alegrías, los madrugones serán obligatorios aunque suelen ser mejores los atardeceres, las desembocaduras y roquedos naturales serán los mejores escenarios. Buscarlas en las espuma que allí estarán, seguro.



AGOSTO:





    Seguimos acercándonos a los meses que les gusta a nuestras amigas, pero por desgracia todavía toca esperar a los primeros vendavales de otoño. En este mes, podemos buscarlas en la noche, donde seremos capaces de sacar una buena cantidad de ellas, han pasado varios meses desde la freza y vuelven a alimentarse por las noches para después volver a entrar en un período de inactividad. Se reúnen en las horas de menos luz para cazar con sus primas las bailas, en escolleras y puertos es donde más facilidad tendremos. Lo mejor, aguas calmas en una escollera con profundidad máxima de tres metros.



SEPTIEMBRE:

    

    Bajan de nuevo las capturas, se podrán pescar en las playas y seguirán cazando exclusivamente desde el atardecer hasta el amanecer habiendo parones fijos desde la 1:00 hasta las 5:00. Estaremos atentos a los primeros temporales que puedan venir con el final del verano donde, aprovechando las aguas ya no tan calientes y, coincidiendo con menos horas de luz, podremos buscarlas en la misma orilla en busca de esa gran despensa de comida que le ofrece el primer temporal al remover todo el marisco que estaba enterrado.



OCTUBRE:

   

    Mes otoñal por excelencia, nuevamente el mismo horario que en septiembre, aunque por el día es posible atrapar alguna con éxito. Ya empiezan a activarse bailas y lubinas y merece la pena tentarlas atardeciendo o, bien, si hay mal tiempo cualquier momento será bueno.



NOVIEMBRE y DICIEMBRE:



    Viene el frío y los robalos empiezan a encontrarse a sus anchas, depredando sin parar durante todo el día, si somos capaces de aguantar las frías noches seremos capaces entre la espuma de doblarles el gorro a más de una, de estos dos meses lo mejor empieza a partir del día 15 de diciembre, donde una lubina récord nos espera para posteriormente ser servida el día de año nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario